Mierda, mierda, y otra vez más mierda.
Querida y dulce mierda.
en mis pupilas rojas de ira todo se ha vuelto mierda.
Te estoy odiando por todo lo que representas, por tus súbitos vuelcos de alegría hacia mi y por tus atenciones... quiero gritarte que te desprecio, que siempre te despreciaré por cobarde y por robar mi corazón.
Te odio tres y mil veces, con todo el dolor de este pecho vacío, y de todas mis vanas esperanzas... cada vez que te odio más me duele el odiarte. Algún día escribiré la verdad sobre tí y de la inefable ambiguedad saldrá el entendimiento, y de tantos años de ilusiones vaporosas que jamás tendrán cauce inundaré mis ojos para llorar... una vez más, por la sed de ti y de tu amor nunca ofrecido.
Que triste me estoy poniendo ahora, que te hago alejar. Aléjate como siempre debiste haber estado; lejos, lejos de mi, lejos del alba y de la fruta verde. Aléjate como siempre has estado de mi, en tu existencia espectral. Aléjate. Ya no quiero padecer la dolencia de tenerte así en mis sueños, cuando nada queda por soñarte.
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