Palabras que no encuentran cauce, perdidas en el denso hiperespacio, en donde es posible que habite el mundo que sueño.

mayo 21, 2003

Penélope en Ave

La noche de lluvia ha perdido su libertad. Hoy está aquí, toda aprisionada en este recuadro de naturaleza. Y aunque es día, la veo a ella. La veo en toda su frescura querer escaparse de mi. Se ha aprisionado en la humedad de los árboles, retorcidos. Y en cada puente de hoja se esfuma, más no... no termina de escabullirse.
Y yo la veo. Y la siento.
Siento la humedad hojeada del tronco en mi piel. Como si esa noche se hiciera enredadera y se abrazara a mis formas; ascendente, liviana y deliciosa. Y así no me siento tan atrapada.

Creo que te estoy esperando eternamente. Me doy cuenta en esta mañana de lluvia. Alcanzo a comprender el sentido de aquello que siempre te digo: le parole ha perdido su capacidad de condensar.
Y es cuando estoy sola en la naturaleza que me entrego a esa idea de ser tu Penélope. Como si el mismo aire me dijera que algún día se reunirán estos dos seres destinados. Confusamente me está invadiendo la pena de la espera... y esa espera, de alguna manera, también me dice que será interminable.
¿Dónde estás, Ulises de mi norte? ¿Tal vez el olvido sirenio es la causa de la lejanía que padecemos? Sólo las sirenas están en tu interior; las oís cantar tan dulcemente... te perdés en mi pecho... y yo las oigo también.

La nada ¿cómo será? Quisiera diluir mi pena. Pagar este precio del pecado de haberme convertido en mujer y no en pájaro.


Lalys
21/5/03

}ï{ Fairies Exist... Do you believe?

1 comentario:

Sundal Gesende dijo...

Y esta noche y esta mañana sin lluvia
el calor del estío descargándose en truenos
y más viento y polvo arrástrandose por las calles.
El polen se acumula en montañas de oro en las aceras y cordones.
Están secándose las plantas, las flores marchitas se caen convirtiéndose en mariposas de la noche.
Sin embargo, la noche pasa y sale el sol tras nubes de tampones arrojados.

Hay una distancia que no es y sin embargo sólo se traspasa en el salto. Salta con ojos bien cerrados
o saltar con los ojos abiertos buscando una mirada y una mano tendida.

Y no hay dios del otro lado para decir

¡Pecastes!

Tal vez dios esté en todo como todo y así uno hizo lo que hizo, bien o mal, pero después se verá que eso era lo que debía hacerse.
Porque uno es. Todo es.